Jesús y la reencarnación
Pregunta:
¿Por qué Jesús no habló sobre la posibilidad de la
reencarnación del alma? Esto parece ser una diferencia entre las religiones de
Oriente y de Occidente.
Osho:
Jesús conocía perfectamente bien la reencarnación.
Hay alusiones indirectas diseminadas en todos los Evangelios. El otro día os
estaba diciendo, citando a Jesús: «Yo soy antes de que Abraham hubiese sido». Y
Jesús dice, « Regresaré». Y hay mil y una referencia indirecta sobre la
reencarnación. El sabía de ella perfectamente bien, pero existe alguna otra
razón por la que no la predicó.
Jesús estuvo en la India y vio lo que sucedió a
causa de la teoría de la reencarnación. En la India, durante casi cinco mil
años antes de Jesús, se enseñó la teoría. Y es una verdad, no es sólo una
teoría; la teoría está basada en la verdad. El hombre tiene millones de vidas.
Fue enseñada por Mahavira, Buda, Krishna, Rama; todas las religiones de la
India están de acuerdo con ella. Te sorprenderá saber que no coinciden en nada
más que en esta teoría.
Pero, ¿por qué Jesús, Moisés, Mahoma -las fuentes
de todas las religiones que han nacido fuera de la India- no hablan de la
reencarnación directamente? Por una determinada razón; y la razón es que Moisés
conocía el hecho: Egipto y la India han estado en constante contacto...
Se supone que una vez Africa fue parte de Asia y
que el continente se fue desplazando suavemente. La India y Egipto estaban
unidos, por ello existen tantas similitudes. Y no es extraño que la población
del sur de la India sea negra; tiene en parte sangre negra en sus venas, es
negroide, no totalmente, pero si Africa estaba unida con Asia, entonces el
cruce de razas entre los arios y los negros debe de haber sucedido, y así, la
población del sur de la India se volvió negra.
Moisés debe de haber sido perfectamente consciente
de la existencia de la India. Te sorprenderá saber que Cachemira reclama que
ambos, Moisés y Jesús, fueron enterrados allí. Las tumbas están allí, una tumba
para Jesús y una tumba para Moisés. Ellos vieron lo que le sucedió a la India a
causa de la teoría de la reencarnación.
A causa de la teoría de la reencarnación, la India
se volvió muy letárgica; no existe la prisa. La India no tiene sentido del
tiempo, ni siquiera ahora. Aunque todos lleven un reloj de pulsera, no existe
sentido del tiempo. Si alguien dice: «Llegaré a las cinco en punto de la tarde
para verte», no significa nada. Tanto puede llegar a las cuatro, como puede
llegar a las cinco, como puede no llegar; y, ¡esto no se toma en serio! No es
que no esté cumpliendo su promesa, es que, ¡no existe sentido del tiempo!
¿Cómo puedes tener sentido del tiempo cuando la
eternidad está disponible? Cuando hay tantas y tantas vidas, ¿por qué tener
tanta prisa? Uno puede ir despacio; está destinado a llegar un día u otro.
La teoría de la reencarnación hizo a la India muy
letárgica, aburrida. Hizo a la India totalmente inconsciente del tiempo. Ayudó
a la gente a posponer. Y si puedes posponer para mañana, entonces hoy seguirás
siendo el mismo que has sido hasta ahora y el mañana nunca llegará. La India
sabe como posponer, no sólo para mañana, sino también para la próxima vida.
Moisés y Jesús, ambos, visitaron la India; ambos
sabían como era. Mahoma nunca visitó la India pero sabía de ella, porque Arabia
estaba muy cerca de la India y existía un tráfico constante entre la India y
Arabia. Decidieron que era mejor decirle a la gente: «Existe sólo una vida,
ésta es la última oportunidad -la última y la primera- si la pierdes, la
pierdes para siempre». Este es un ardid para crear un intenso anhelo, para
crear tal intensidad en la gente, que pueda ser transformada fácilmente.
Entonces surge la pregunta: ¿No eran Mahavira, Buda
y Krishna conscientes de la reencarnación? ¿No eran conscientes de que esta
teoría podría crear letargo? Estaban intentando un ardid totalmente diferente.
Y cada ardid tiene su momento; una vez que lo usas -no lo puedes usar siempre-
la gente se acostumbra a él. Cuando Buda, Mahavira y Krishna trataron el
argumento de la reencarnación, lo hicieron desde un punto de vista totalmente
diferente.
La India era en estos días un país muy rico. Se
pensaba que era el país de oro del mundo, el más rico. Y en un país rico el
problema real, el problema más grande, es el aburrimiento. Es lo que está
sucediendo ahora en Occidente. Ahora América está en la misma situación y el
aburrimiento se ha convertido en el mayor problema. La gente está completamente
aburrida, tan aburrida que le gustaría morir.
Krishna, Mahavira y Buda utilizaron esta situación.
Le dijeron a la gente: «Esto no es nada; una vida aburrida no es nada. Has
vivido muchas vidas, y recuerda, si no escuchas vivirás muchas vidas más; te
aburrirás una y otra vez. Es la misma rueda de la vida y de la muerte que se
mueve». Pintaron el aburrimiento con unos colores tan oscuros que la gente que
ya estaba aburrida con una vida se involucró profundamente con la religión.
Uno tiene que deshacerse de la vida y de la muerte;
uno tiene que salir de esta rueda, de este círculo vicioso de la vida y de la
muerte. Por esto era relevante en esos días.
Entonces la India se volvió pobre. Una vez que el
país empobreció desapareció el aburrimiento. Un hombre pobre no está nunca
aburrido, recuérdalo; sólo un hombre rico puede estar aburrido; es un
privilegio del hombre rico. Es imposible que un pobre sienta aburrimiento; no
tiene tiempo. Todo el día está trabajando; cuando llega a casa, está tan
cansado que se duerme. No necesita tener ningún entretenimiento -televisión,
películas, música, arte y museos- No necesita tener todas estas cosas, no puede
tenerlas. Su único entretenimiento es el sexo: una cosa natural, innata. Es por
eso que los países pobres producen más niños que los países ricos; es su único
entretenimiento...
En el momento en que la India se volvió pobre, la
teoría de la reencarnación se convirtió en un escape, una esperanza; en vez de
convertirse en un aburrimiento se convirtió en una esperanza, en una
posibilidad de posponer. «Soy pobre en esta vida. No tengo porque preocuparme,
hay muchas vidas. En la próxima vida me esforzaré un poco más y seré rico. En
esta vida he conseguido una mujer fea. No tengo porque preocuparme, es sólo
cuestión de una vida. En la próxima vida no cometeré el mismo error. Esta vez
estoy sufriendo por mis karmas pasados. En esta vida no cometeré ningún error,
así podré disfrutar la siguiente vida». De esta manera posponemos.
Jesús vio que el ardid ya no funcionaba; no
funcionó más del modo en que estaba funcionando. La situación había cambiado.
Ahora Jesús tenía que crear otro argumento: «Hay sólo una vida, así que, si
quieres ser religioso, si quieres meditar, si quieres ser un sanyasin, debes
serlo ahora, porque mañana no es seguro. Puede que el mañana no exista.
Por esto Occidente se hizo tan consciente del
tiempo; todos tienen prisa. Esta prisa es a causa del cristianismo. El ardid
falló otra vez. Ningún ardid puede funcionar para siempre. Mi propia
experiencia es que un ardid particular funciona sólo mientras el Maestro está
vivo, porque él es el alma; lo conduce de tal manera que funciona. Una vez que
el Maestro desaparece, la validez del ardid se pierde, la gente ya no lo usa o
empieza a encontrarle nuevas interpretaciones.
Ahora, en Occidente, el ardid ha fracasado
totalmente; se ha vuelto un problema. La gente vive en una prisa constante, en
tensión, ansiedad, porque sólo hay una vida. Jesús quería hacerles recordar :
ya que hay sólo una vida, acuérdate de Dios. ¿Y qué están haciendo? Viendo que
sólo hay una vida, quieren beber, comer y casarse, porque no hay otra vida.
Así que sáciate completamente, tanto como puedas. Exprime
todo el jugo de la vida ¡Ahora! ¿Quién va a preocuparse de lo que pasará el día
del Juicio Final? ¿Quién sabe si el día del Juicio Final existirá o no?
¡Tanta prisa! La velocidad es una manía; más y más
rápido. Nadie se preocupa de hacia donde va, pero debe ir rápido: inventar
vehículos de gran velocidad.
Y todo esto ha sucedido a causa del ardid. Funcionó
en los tiempos de Jesús, Estaba continuamente diciéndole a la gente. «¡Cuidado!
El día del Juicio Final está muy cerca. Verás el fin del mundo en tu propia
vida y no hay otra vida. Si la pierdes serás arrojado al infierno, ¡para toda
la eternidad!» Estaba sencillamente creando una atmósfera psicológica. Funcionó
cuando él estaba vivo y funcionó durante unos pocos días más a causa de sus
discípulos más cercanos que recogieron algo de la atmósfera de Jesús, cierta
aura, pero después creó el efecto opuesto.
Ha creado la civilización más mundana que jamás se
ha visto. Y el deseo era que la idea de una vida haría a la gente tan alerta y
tan consciente, que buscaría a Dios y abandonaría todos sus otros deseos y
todas sus otras aspiraciones. Toda su vida se convertiría en la búsqueda
orientada, en la investigación de Dios. Esta era la idea detrás del ardid. Pero
el resultado final es que la gente se volvió absolutamente mundana porque no
hay otra vida, sólo hay una vida; ¡Disfruta de ella todo lo que puedas!
Disfrútala, no pospongas para mañana.
El ardid hindú fracasó porque la gente se volvió
letárgica. Funcionó con Buda. Realmente, él creó uno de los más grandes
movimientos del mundo. Miles de personas renunciaron a sus vidas, se volvieron
sanyasins. Eso quiere decir que consagraron toda su energía a la búsqueda de la
verdad, porque creó una atmósfera tal de aburrimiento, que te aburrirías si no
te consagraras a esa búsqueda.
Pero lo que sucedió más tarde fue justamente lo
opuesto. Siempre será así. Los Maestros están destinados a ser mal entendidos.
Y la gente es tan astuta, tan diplomática, que puede encontrar siempre modos
para destruir todo el ardid.
Jesús supo perfectamente que la vida es eterna, que
la reencarnación es un hecho. Lo mencionó de maneras indirectas, puede ser que
se lo mencionara a sus discípulos más cercanos, pero no a las masas, por una
sencilla razón: vio que en la India fracasó, tenía que intentarse algo más.
Estoy creando muchos ardides, pues otros han
fracasado. Sé perfectamente bien que mis ardides funcionarán sólo mientras yo
estoy aquí; están destinados a fracasar como cualquier otro ardid ha fracasado.
No estoy viviendo en ningún absurdo paraíso pensando que mis ardides
permanecerán porque los he creado para siempre. Cuando no esté aquí, la gente
distorsionará. Pero esto es natural, tiene que aceptarse; no hay por qué
preocuparse.
Por esto, los que estáis aquí, por favor, estad
alerta y usad estos ardides tanto como sea posible. Mientras yo esté aquí,
funcionarán perfectamente bien. En mis manos pueden ser grandes situaciones
para una transformación interna, pero una vez que mis manos ya no estén
visibles, estos mismos ardides estarán en las manos de los pundits y de los
eruditos y entonces la misma historia se repetirá, como lo ha hecho en el
pasado.
Cuidado, mantente alerta, no pierdas el tiempo.
Osho: Be Still and Know, mañana del 4 de Septiembre
de 1979