El Observador en el Escenario
Un experimento para llevar la meditación al teatro
Un experimento para llevar la meditación al teatro
Por Nayano
A principios de 1998 me pidieron conducir un curso experimental para enseñar las Meditaciones Activas Osho a los estudiantes de teatro.
Esto sucedió por invitación del director de la Academia de Teatro de Amsterdam, Jooph Huysman.
Siendo un meditator Osho durante los pasados veinte años, he conducido, en
los últimos ocho años de ese periodo, talleres de meditación en Amsterdam y sus
alrededores. La oportunidad de trabajar con la Academia de Teatro fue de
particular interés para mí pues había estudiado teatro desde hacía veintidós
años.
Jooph explicó que deseaba enseñar a los estudiantes “actuación distante.”
En este enfoque el actor se disciplina en desempeñar un papel sin sentirse
identificado o involucrado emocionalmente en absoluto. Jooph añadió que en
algunas de las lecciones de los estudiantes, como Aikido y Tai-Chi, muchas
emociones y memorias dolorosas del pasado habían estado surgiendo en ellos, y
él no deseaba eso.
Al parecer, cuando la escuela había estado bajo diferente dirección, los
estudiantes habían tenido clases para trabajar con sus emociones, pero habían
tomado forma de terapia, algo que el director actual deseaba evitar. El temía
que lo que yo estaba ofreciendo podía ser algo similar, y evocaría aún más
emociones. Además, a partir de que Jooph me dijo que él mismo había estado en
un monasterio budista durante cinco años, concluí que entendía que la
meditación era un medio para controlar emociones.
Conocí, a través de mi capacitación como estudiante de teatro hace ya
muchos años, que las emociones necesitan ciertamente ser reconocidas.
Había descubierto la necesidad de ser activo y poder expresarme, para tener
un manera aceptable de liberar el enojo que sabía estaba dentro de mí. Sin
embargo, me dieron a entender que éste no era el lugar para sacar mi enojo, sin
ofrecerme una alternativa para ocuparme de mis sentimientos. Me parecía que
sólo iba a poder cultivar una personalidad falsa, mientras que mi anhelo más
profundo era poder ser yo mismo.
Fue en gran parte debido a esta situación que elegí dejar la academia de
teatro. Lo que me atrajo a los métodos de meditación Osho es la comprensión en
la cual se basan, llámese la validación de nuestra vida emocional, pero no como
un área que necesita someterse a terapia. Más bien, cuando aceptamos y
experimentamos totalmente o pasamos a través de cualquier sensación o
pensamiento que pudiera ser provocado, en vez de “sentarse sobre él”,
reprimiéndolo, obtenemos un sentido de des-identificación del mismo, una
"distancia”. Una vez que las energías reprimidas son liberadas, les sigue
un sentido natural de paz y calma.
Una ventaja más es que estos métodos activan el ser en todos los niveles,
promoviendo una flexibilidad en general, la fuerza y la relajación. Este último
punto se ocupó de la petición de Jooph de proporcionar a los estudiantes un
entrenamiento físico como parte de su plan de estudios.
Una vez que vió el fundamento detrás de la liberación emocional a través de
las meditaciones que yo estaba ofreciendo, estuvimos de acuerdo en proceder con
mi propuesta. Llevamos a cabo una lección inicial "piloto” de una hora a
la cual fueron invitados ocho estudiantes, hombres y mujeres, de alrededor de
veinte años de edad. Jooph dijo que estos eran sus estudiantes más críticos,
quienes serían implacables en su retroalimentación.
Presenté la meditación “Stop Dance!", combinada con “Gibberish”. Para
el primer segmento, dejé a los estudiantes bailar tres tipos totalmente
diferentes de música. Sugerí que bailaran primero con los ojos cerrados y
después con los ojos abiertos. Esta sencilla estrategia provoca diferentes
sentimientos y por lo tanto diversas formas de bailar. Además de esto les pedí
que se detuvieran y observaran lo que podría estar sucediendo; cualquier
pensamiento o sentimiento... para simplemente estar conscientes de ellos.
Después del último baile sugerí que comenzaran el “Gibberish", una clase
de liberación verbal en el cual se emiten palabras sin sentido, ruidos,
sonidos, frases incongruentes.
Puesto que había solamente una hora para la explicación, practicar los
métodos y la evaluación, hicimos una versión acortada de las técnicas de meditación.
Aún así, el curso tuvo un fuerte efecto en los estudiantes: dijeron que estaban
muy serenos, relajados y más “en su corazón”. Algunos sintieron muchas
emociones diferentes durante el baile, debido en parte a los diversos tipos de
música, y por otro lado a causa del "Gibberish"... sensaciones que
iban de la alegría a la tristeza y al enojo. Una mujer lloró y se sintió muy
conmovida al poder decirle “sí” a su tristeza. Algunos se sintieron muy
emocionales al finalizar, con tristeza y miedo.
Estaban siendo observados, al igual que yo, por el director de la escuela,
así que esto creó una cierta consciencia de uno mismo. Mencioné este hecho al
principio, para que pudieran incluirlo en su meditación. Para algunos esto aún
los inhibía; para otros no resultó así. A todos los estudiantes les encantó la
meditación.
La retroalimentación de los estudiantes y el entusiasmo del director me
animaron, así que se acordó que me comprometería a enseñar a cuatro grupos
diferentes de estudiantes, casi la mitad de toda la escuela.
Tres de esos grupos eran de primer año mientras que el cuarto era de
segundo y tercer año juntos. Mientras el curso progresaba y se corría la voz,
los estudiantes de otras clases que sentían necesitar también algo similar,
comenzaron a unirse al proyecto.
El curso constaba de diez lecciones que duraban desde una hora y quince
minutos hasta una hora y treinta minutos. En la primera lección los estudiantes
fueron introducidos a a la meditación "Stop Dance!" Ésta fue seguida
por Osho Kundalini, Osho No-Mente, y la meditación de La Risa. En la quinta
sesión se utilizó una técnica para ayudar a la des-identificación de
sensaciones: "El Camino del Hombre Sigiloso" del místico ruso George
Gurdjieff.
Posteriormente, los estudiantes probaron la Meditación Dinámica Osho, la
Mandala, la No-Dimensiones, la Devavani, el método de "Plegaria" sufi
y la técnica de Ramana Maharshi, “¿Quién Soy Yo?"
Sugerí que en el transcurso de las lecciones los estudiantes llevaran un
diario para registrar sus reflecciones relacionadas con su práctica de
meditación. También les di tarea bajo la forma de recursos meditativos
específicos, por ejemplo, observar su respiración siempre que se pillaran en
diferentes emociones, o que se detuvieran de pronto en medio de alguna acción.
En este momento, los cursos con dos grupos han concluido; los otros dos están
pronto por finalizar.
A pesar de su escepticismo inicial, la mayoría de los estudiantes
respondieron muy positivamente a las meditaciones.
Lo siguiente es la evaluación de los grupos que han terminado el curso.
Varios estudiantes reportaron que se sentían profundamente relajados cada vez
que hacían las meditaciones. Otros comentarios específicos incluidos:
“Veo emociones que van y vienen... esto no soy yo. Entonces no debo estar
asustado de que me quedaré atorado en una de ellas, porque van y vienen. A
través de varias meditaciones pude ver que era imposible que mi mente estuviera
preparada y entonces tuve que confiar en mi primer impulso. Esto también es muy
importante para mí en la actuación.”
“De las meditaciones aprendí que es muy importante fijar mis límites ante
otras personas, y respetar mi propia autoridad, anhelos y derechos.”
“Me sentí especialmente bien después de la meditación de La Risa, la
sensación de amarme a mí mismo, como un bebé.”
“Me encanta la estructura de las meditaciones, partiendo de un esfuerzo
físico hacia una relajación mental. Uno va un poco más lejos de lo que piensa
que el cuerpo puede manejar. Esto detiene la mente que se preocupa
interminablemente. Después del esfuerzo, cuando me siento, la mente está
vacía.”
“Es una lástima que no haya más tiempo para ir a las raíces de ciertos
sentimientos o patrones de pensamiento. Es tanto lo que surge... Es una lástima
que abras la botella, pero no puedas continuar bebiéndola.”
“Lo que encuentro muy bueno es dejar ir o pasar los pensamientos,
especialmente en la meditación 'Gibberish'. Con los métodos de la Dinámica y de
la Mandala ahora sé que tengo mucho más energía de la que pensé.”
“¡La Mandala fue fantástica! Me encanta desafiar mis límites. La Dinámica
hizo mucho: tuve que llorar, fue muy fuerte. Durante todo el fin de semana lo
sentí. Pero ciertamente ha liberado la presión.”
“He llegado a conocerme mejor. Todas las meditaciones fueron fantásticas,
aún cuando al principio me sentía un poco escéptico al respecto.”
“Siempre me sentí abierto durante las lecciones y acepté lo que se dio. Si
no lo pude aplicar inmediatamente o si 'nada' estaba sucediendo, no lo rechacé,
sino que lo dejé abierto. A menudo salí de las meditaciones muy tranquilo y en
paz, aún cuando tuve que llorar después de la Dinámica. Era como divertido.
Pensé, 'Ah, qué bueno...' Entonces después de cinco minutos se había terminado
y pensaba:, 'Bien... eso era.”
“Me sentí muy bien con el hecho de que nunca nos empujaron a sentir algo.
No fue forzado.”
“He experimentado muchas cosas que eran totalmente nuevas para mí. Me sentí
conmovido con la Kundalini. ¡Tuve que llorar tanto! Primero lo paré, y entonces
finalmente salió todo. No supe qué sucedió, pero se sintió fantástico.”
“Lo que aprendí fue que al no dar atención a los pensamientos negativos, el
camino se abre a mucha más energía. Podría continuar sin parar.”
“La Dinámica fue horrible, pero fue la primera meditación que hizo algo en
mí. Contacté con tanto enojo durante ella y posteriormente... Generalmente soy
muy bueno en reprimir, pero de pronto eso ya no funcionó. Con la Mandala golpeé
ligeramente una fuente de energía aparentemente interminable.”
“Me sentí muy relajado después de toda esta actividad. Quizá se debe a que
no tienes tiempo para pensar.”
“Al principio estaba escéptico, pero siempre me sentí muy relajado y ligero
al terminar. Por lo general, al principio de la meditación había un momento en
el que sentía un cierto enojo o una cierta irritación y luego se convertía en
paz, alegría y relajación. Esto fue más fuerte con el “Gibberish.”
La Dinámica y la Mandala, además de hacerme después consciente de una
tensión inmensa en mis músculos, me hicieron darme cuenta de que tengo mucho
más energía de la que utilizo. Ahora, cuando estoy corriendo guardo esto en mi
memoria y puedo ir mucho más lejos de lo que acostumbraba. También con estas
meditaciones entré en una clase de trance y me encantó.”
“Aún cuando sólo tuvimos diez lecciones, siento que me he sentido más a
gusto y en paz. Reconozco mucho mejor mis emociones, especialmente porque
durante las meditaciones nunca tuvimos que entrar en historias o razones del
por qué estas emociones están allí.”
“La mayoría de las lecciones de meditación terminaron para mí con la misma
experiencia: relajado y silencioso.”
“La meditación que más me impresionó fue la Dinámica. Los pensamientos
fueron absorbidos en la acción; durante el baile desaparecí en la música y los
movimientos.”
“No sé qué significan las meditaciones para mí. Siento que nada ha
sucedido. Tú dijiste que tal vez esperé demasiado y entonces no vi lo que
estaba sucediendo… He estado más consciente de mi respiración a partir de estas
lecciones.“
Muchos escribieron que cuando vieron “Meditación Activa” en el programa, su
respuesta fue que la meditación era algo etéreo, ¡o para esas pobres almas que
necesitaban purificarse! Después de varias lecciones todos se sentían muy
diferentes, dándose cuenta de que les estaban ayudando mucho. Algunos de ellos
lamentaron que el curso haya terminado.
Mi propia respuesta a mi experiencia fue que el curso se ajustó bien a la
escuela de teatro. A través del enfoque meditativo encontraron tanto la manera
de experimentar cualquier sensación evocada, como de moverse más allá de esas
sensaciones a un nivel más profundo del ser. Actualmente estoy trabajando en
una propuesta de cuatro años para la academia de teatro.